Retrato de mujer- Del chileno Rojas y una reflexion del otroqueescribe

Una foto tan maravillosa que relata el cuerpo de una mujer a la que no vemos el rostro, pero si su cuerpo
No se enojen amigas feministas por admirar la belleza de un cuerpo desnudo, las curvas que encierran nuestros sueños. No piensen por un instante damas que no admiramos su coraje, su capacidad para parir y dar vida, su eterna sabiduría para hablar de sentimientos
No crean qu no se ama su valentía en la lucha política, en la defensa de derechos, en poner el cuerpo por los ideales.
Ni sueñen que olvidamos sus platos sabrosos, sus llantos despechados o la enjundia con la que abrazan su arte, sus pinturas o sus poesías.
El talento en el deporte, la fiereza en la lucha politica, la habilidad en los negocios.

Déjennos un instante, maravilloso, mirarlas desnudas y gozar, infantilmente, creyendo que Dios las hizo para nuestro deleite.



Retrato de mujer

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
con la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

Te juré no escribirte; por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice  el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que nunca me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.

No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz de arcángel y una boca de animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela en tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas como inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí mujer, te dejo tu figura.

Gonzalo Rojas

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