Releyendo a DEMIAN : Búsqueda y voluntad- una reflexión del otroqueescribe

 

Releyendo a DEMIAN : Búsqueda y voluntad- una reflexión del otroqueescribe


Si estoy en una búsqueda, me surge la pregunta a medida que avanzo: 
¿Puedo lograr lo que quiero? 
¿Me propongo algo que puedo lograr?
Buscamos muchas veces un logro que no está a nuestro alcance y colegimos, al no conseguirlo, que no pusimos empeño suficiente.
En otros casos pensamos que algo no lo podremos lograr antes de gastar esfuerzo en el intento.
Me pregunto y me repregunto- mientras vivo, intento y me equivoco- como descubrir ese delgado límite entre dejar la pelea antes de haberlo dado todo y dar una pelea de antemano perdida.
¿Cómo evaluar ese punto de quiebre?
Me convenzo de que no es posible evaluarlo a priori y que cualquier búsqueda profunda está antes guiada por la voluntad que por la especulación o el cálculo.
Y ese el riesgo en la vida. Esos intentos especiales, únicos donde ponemos en juego sentimientos, ideas, el cuerpo sin saber como terminara todo.
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Cuando en 1977 se decidió enviar la Voyager al espacio para contactar alguna civilización extraterrestre, siguiendo la idea de Carl Sagan, los directores y entusiastas del proyecto discutieron mucho sobre qué información y mensajes  colocar dentro de la sonda (y cómo hacerlo) para que una eventual civilización extraterrestre supiese algo de nosotros.
Entre las distintas informaciones que se guardaron (en un disco fonográfico de 16 2/3 de revoluciones por minuto ¡!) hubo una que me impacto siempre.
Era un electroencefalograma de Anne Druyan, quien sería la esposa de Sagan de quien se había enamorado en el transcurso del proyecto.
Decidieron tomar las imágenes eléctricas del cerebro de Anne, para reflejar el estado de una “joven enamorada”, que tal era el estado de Anne en ese momento.
Mas alla de mis dudas de que ese electro haya reflejado las hermosas sensaciones que el amor debe haber producido dentro de Anne y lo que ella emanaba hacia su amado, me quedo con la voluntad de transmitir, de comunicarse, aun con quienes no sabemos cómo son ni como sienten.
Me quedo con la voluntad indomable de Sagan y su equipo de enviar una sonda al espacio con las casi nulas posibilidades de ser encontrada en el Universo infinito.
Y si el electro de Anne difícilmente podría transmitir la sensación del amor, quizás el hecho de haber tomado esa decisión pueda, tal vez, en una mínima chance hacer que un ET (ExtraTerrestre) se emocione solo al valorar el hecho.
La voluntad y la búsqueda.  Compañeros inseparables.
Quizás esta parte del dialogo entre Emil Sinclair y Max Demian en la obra DEMIAN de Hesse aporte algo de luz: 
Si un animal o un ser humano concentra toda su atención y su voluntad en una cosa determinada, la consigue

-¿Puedes conseguir, de verdad, que otro piense lo que tú quieres? -le pregunté.
Me respondió amablemente con la tranquilidad y objetividad de su madurez adulta:
-No -dijo-, eso no es posible. No tenemos una voluntad libre, aunque el párroco haga como si así fuera. Ni el otro puede pensar lo que quiere, ni yo puedo obligarle a pensar lo que quiero. Lo único que puede hacerse es observar atentamente a una persona; generalmente se puede decir luego con exactitud lo que piensa o siente y, por consiguiente, también se puede predecir lo que va a hacer inmediatamente después.
Es muy sencillo; lo que ocurre es que la gente no lo sabe. Naturalmente se necesita entrenamiento.
Entre las mariposas hay, por ejemplo, cierta especie nocturna en la que
las hembras son menos numerosas que los machos. Las mariposas se reproducen como los demás animales: el macho fecunda a la hembra, que pone luego los huevos; si capturas una hembra de esta especie -y esto ha sido comprobado por los científicos- los machos acuden por la noche, haciendo un recorrido de varias horas de vuelo.
Varias horas, ¡imagínate! Desde muchos kilómetros de distancia los machos notan la presencia de la única hembra de todo el contorno. Se ha intentado explicar el fenómeno, pero es imposible.
Debe de tratarse de un sentido del olfato o algo parecido, como en los buenos perros de caza, que saben encontrar y perseguir un rastro casi imperceptible.
¿Comprendes? Ya ves, la naturaleza está llena de estas cosas, y nadie puede explicarlas.
Y yo digo entonces: si entre estas mariposas las hembras fueran tan numerosas como los machos, éstos no tendrían el olfato tan fino.
Lo tienen únicamente porque lo han entrenado. Si un animal o un ser humano concentra toda su atención y su voluntad en una cosa determinada, la consigue. Ese es todo el misterio..

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